Material de apoyo

El bienestar en el matrimonio

A continuación encontrarás la información relacionada con la lección 1 del Curso Restaurando nuestro amor de la Fórmula del Perdón para Matrimonios Católicos.

Los mandatos fundamentales dados por Dios

Los 10 mandamientos

Los Diez Mandamientos son expresiones de quienes somos como seres humanos y de cómo debemos relacionarnos los unos con los otros. En otras palabras, es una lista de nuestros derechos y obligaciones hacia Dios y hacia los demás.

1
Amarás a Dios sobre todas las cosas
El Primer Mandamiento nos obliga a reconocer la existencia de Dios y a darle el lugar apropiado en nuestras vidas. Si Dios existe, permanece como el único, y todo lo que ha creado es bueno, por lo tanto, nosotros que somos su creación humana debemos reconocer su majestad, su gloria y su transcendencia y tenemos la obligación de rendirle culto y amarle porque es quien nos da la existencia y sostiene la vida que nos da. No debemos poner en el lugar de Dios a otras realidades que han sido creadas, como demostración de nuestra total lealtad, devoción y obediencia.
2
No tomarás el nombre de Dios en vano
Sin ninguna sensibilidad o respeto, a menudo pronunciamos el nombre del Señor como un epíteto, una maldición o una descuidada exclamación profana puesta en la televisión, en los cines y en mucho de lo que ahora se llama la “industria del entretenimiento”. Esto es como si asumiéramos que el nombre del Señor no tiene importancia. Sin embargo, debemos honrar el nombre del Señor nuestro Dios precisamente porque es el propio nombre de Dios y una reflexión de su ser.
3
Santificarás las fiestas
El domingo es un día único y especial. Debe ser un período de descanso y oración. Es un día en que la familia debe pasar junta y en que se rompe la rutina de las actividades cotidianas para que nuestra relación del uno con el otro como familia y nuestra relación con Dios como su familia se pudiera fortalecer y renovar.
4
Honrarás a tu padre y a tu madre
El Cuarto Mandamiento nos enseña que tenemos obligaciones para nuestros padres, no sólo porque son la fuente de nuestra vida humana sino también porque nutrieron y cuidaron de nosotros, nos ayudaron a crecer en sabiduría, en conocimiento y en edad hasta que fuimos capaces de hacer nuestra propia vida.
5
No matarás
Dios, el Señor de vida, ha dado a los seres humanos el ministerio de salvaguardar la vida, un ministerio que se debe cumplir de una manera que sea digna de nosotros. Desde el momento de su concepción, por lo tanto, se debe resguardar la vida humana con la preocupación y el cuidado más grandes. Se debe mirar el aborto y al infanticidio como “los crímenes más despreciables”.
6
No cometerás adulterio
Debemos aprender a dominar nuestras pasiones, debemos respetar nuestra sexualidad. Esto significa la castidad. Las principales ofensas a la castidad son: la lujuria, la masturbación, la fornicación y la pornografía, la prostitución, la violación y las prácticas homosexuales.
7
No robarás
Nadie debe tomar lo que no es suyo, aunque se le antoje mucho, aunque el otro no se vaya a dar cuenta de que algo le falta. Debemos ser justos y caritativos en el uso de los bienes que Dios nos ha regalado.
8
No levantarás falsos testimonios
Debemos decir siempre la verdad. La mentira es la principal arma del enemigo y el engaño es su manifestación. La mentira nos hace sentir culpables y nos lleva a cometer más pecados.
9
No desearás la mujer de tu prójimo
No debemos pensar ni desear cosas inmorales. Si un pensamiento así llega a tu mente, debes desecharlo de inmediato, porque el pecado inicia en la mente y después se manifiesta en actos. Para no caer en esta falta es indispensable evitar toda pornografía.
10
No codiciarás nada que sea de tu prójimo
Nos pone cara a cara con el mundo total de nuestros deseos, intenciones y motivaciones. Al igual que el Noveno Mandamiento, el Décimo Mandamiento se refiere a las intenciones del corazón.

Estos pecados no ocurren aisladamente, sino que se interconectan

Los 7 pecados capitales

Los siete pecados capitales son un conjunto de vicios opuestos a la enseñanza moral que el catolicismo nos transmite como conductas.

1
Soberbia
Es considerado el más grave y quizá fuente de los demás pecados. Su antónimo es la humildad. Es un sentimiento de superioridad frente a los demás. Se refleja en la altivez y apetito desordenado de ser preferido a los demás.
2
Avaricia
Es el afán o deseo desordenado de poseer riqueza y posesiones mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal. Aplica también para el estatus y el poder.
3
Envidia
Este pecado capital se relaciona con la avaricia. El envidioso desea algo que alguien más tiene y que percibe que a él le hace falta y que quizá nunca podrá obtener. De ahí que es muy probable que actúe de una forma destructiva.
4
Ira
Es el sentimiento desordenado, descontrolado de odio y enojo. Nos impulsa a rechazar con violencia lo que nos desagrada. Las causas ordinarias de la ira son la soberbia y el apego obstinado a las propias ideas.
5
Lujuria
Desordenado, incontrolable y exagerado. Así es el deseo sexual del lujurioso, una persona que no suele pensar en las consecuencias de sus actos y se mueve por impulsos.
6
Gula
Es el apetito excesivo por comida y bebida. La persona no tiene medida al comer, ya sea un tipo de comida en particular o comidas y bebidas en general.
7
Pereza
Es la falta de ganas de trabajar o de hacer cosas. Se refleja en una falta de disposición a la hora de realizar determinadas tareas o actividades que suele ir ligada a falta de motivación, poca claridad en los objetivos e inexistencia de resultados.