Perdonar es liberar el resentimiento, es un don, un regalo; no solo para la persona que recibe el perdón, sino también para el que perdona.
Entreguemos nuestros sentimiento a Dios:
"Sin Dios el hombre no puede, sin el hombre Dios no lo hará". San Agustin
El padre nuestro es una oración mágica que nos enseña a perdonar como Dios lo hace con nosotros: